Ir al contenido principal

Un día en la salud de Ingrid Kessler, instructora de bienestar físico de Houston

Christina Joseph Por Christina Joseph

Mientras se dirige hacia el aeropuerto, Ingrid Kessler, instructora de bienestar físico, recibe un mensaje de texto de su hija de 13 años, Isabella, en el que le dice lo mucho que la extrañará. Esta ama de casa, tal como se autodenomina, está volando de su propia ciudad cerca de Houston a Ft. Lauderdale para ensayar para una convención de zumba. Kessler es instructora de zumba, una de los 150 embajadores nacionales que promueven el bienestar físico a través de la danza y les enseñan coreografías a otros instructores.

Cuando no está de viaje, esta mujer de 41 años dirige un equipo de bailarines de zumba que se presentan en el entretiempo de los partidos de los Rockets, los Astros y los Dynamos; da ocho clases de bienestar físico por semana; y organiza los horarios de sus dos atléticos adolescentes, George de 15 años y “Belli”. Para ella, el bienestar físico es una parte importante de la vida cotidiana. (Conoció a George, su esposo desde hace 19 años, en el gimnasio). Pero la instructora nativa de Miami cree que el ejercicio debería ser algo divertido y que cada persona debe hacerlo a su propio ritmo. Entonces, ¿cómo es un día normal en la vida de esta ex enfermera pediátrica que se convirtió en una madre que baila?

6 a. m.Mi esposo es el primero en despertarse, a las 5:15 a. m.; mi hijo se levanta cerca de las 5:45 a. m. Belli y yo nos levantamos a las 6:00 a. m. Si tengo que dar una clase por la mañana, no me baño antes. Me pongo la ropa de entrenamiento.

6:30 a. m.Por lo general, comemos cereales en el desayuno. Pero buscamos comida en Chick-fil-A al menos una vez por semana. Después de preparar todos nuestros almuerzos, salimos de casa alrededor de las 7:15 a. m. Dejo a mi hija en la escuela, y mi esposo lleva a nuestro hijo.

8:30 a. m.Si doy una clase a las 9:30 a. m., voy a Starbucks y realizo tareas administrativas. Respondo mensajes de correo electrónico, promociono sesiones en las redes sociales y busco patrocinadores para mis eventos fuera de la ciudad. También trabajo en mis notas de música y coreografías: anoto cada paso y lo describo con el mayor detalle posible, a fin de que la clase lo comprenda.

9:30 a. m.Mis clases son muy intensivas, pero me adapto al grupo. Los instructores no juzgan la forma en la que bailas. Tengo alumnos de entre 16 y 80 y pico de años en mis clases, con diferentes tipos de cuerpos. Todos se mueven al ritmo de la música y se divierten. Eso es lo que me encanta de la zumba.

12:00 p. m. Estoy hambrienta después de la clase. Una vez al mes, los empleados del gimnasio nos reunimos y almorzamos juntos. Hay un pequeño restaurante italiano cerca. Dos o tres veces al mes, me encuentro con mi esposo para almorzar.

Me gusta comer, pero soy muy simple. Me gustan las comidas básicas: espaguetis con salsa de carne y una ensalada de pollo realmente buena. Pero después de zumba, deseo consumir carbohidratos.

2:30 p. m.Primero, busco a mi hijo y, luego, a mi hija cerca de las 3 p. m., y nos vamos a casa. Si tiene fútbol, no sale hasta las 4:30 p. m., por lo que lo busca mi esposo. Belli tiene una hora y media para hacer la tarea; y a eso de las 5:30 o 5:45 p. m., nos vamos.

6:00 p. m.Llevo a Belli a su clase de danza clásica; recientemente, se presentó a una audición para participar en el programa de verano de la compañía Houston Ballet. A las 6:30 p. m., doy una clase en su estudio de danzas o en el gimnasio. Me baño en el estudio o en el gimnasio mientras ella ensaya.

Paso mucho tiempo en el auto y me gusta la tranquilidad. Mientras me siento a esperarla, pongo música suave y me relajo.

8:00 p. m.Con mi familia, disfrutamos de comer juntos. Por lo general, cenamos tarde, algo que no es muy saludable. Cocino un par de veces durante la semana, pero tengo que estar realmente inspirada. Mi esposo es un excelente cocinero. Hay dos platos latinos que me gusta preparar: asopao de pollo, un guiso puertorriqueño de pollo y arroz, y carne desmenuzada, que consiste en un bife de falda deshebrado con tomates y cebollas sobre arroz. Si no, preparamos algo simple, como sándwiches o sopa de pollo y tortillas.

11:00 p. m.Me acuesto a las 11:00 p. m. y me duermo después de media hora. No necesito dormir mucho. Soy hiperactiva por naturaleza.

La ambición de salud de Kessley es ser feliz y estar saludable para su familia. Trata de no pensar demasiado las cosas ni privarse de nada. Come una galleta, pero no diez. Dice que es importante tener moderación en todo. Admite que está lejos de ser perfecta. Sin embargo, como madre de una adolescente, no quiere concentrarse demasiado en la comida. Hace su mejor esfuerzo para promover hábitos alimenticios positivos y alienta a sus hijos a mantenerse activos.

Sobre la autora

Christina Joseph Robinson es una editora y escritora veterana de Nueva Jersey a quien todavía le encanta leer el periódico a la antigua. Tiene dos hijas a las que intenta inculcarles la importancia de comer frutas y verduras y, de este modo, lograr un equilibrio con todas las golosinas que les compra la abuela. El objetivo de salud de Christina es reanudar su rutina de ejercicios después de haberla abandonado por lesiones.

También de interés: