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Cómo modelar la salud de los niños, tanto por fuera como por dentro: entrevista con Jordan Jones, instructor de bienestar de Houston

Christina Joseph Por Christina Joseph

Jordan Jones arma una fila de miniconos de 4 pulgadas ubicados a pocas pulgadas de distancia uno de otro. Luego, hace sonar un silbato. Dos niños de su clase de bienestar físico salen rápidamente de un lado al otro pasando entre los conos y corriendo mientras los compañeros los alientan.

El propósito de Jordan es enseñarles a los niños cómo llevar una vida saludable, un tema del que sabe mucho. Este joven de 26 años que es padre de dos niños sabe de primera mano que una mala alimentación puede ocasionar problemas de salud. Le llevó muchos años entender plenamente la importancia de la nutrición y el papel que desempeña en la salud y el bienestar generales, pero ahora su meta en AFC es usar el bienestar físico para transformar a cada niño por completo: en mente, cuerpo y espíritu. Al enseñarles hábitos saludables a los niños, cree que también les brinda herramientas para toda la vida que podrán usar para superar las adversidades. “Independientemente de la situación en que uno se encuentre, si sigue avanzando, llegará a la cima”, dice Jordan.

Esta es una de las tantas maneras en que Jordan, un instructor de bienestar físico de Ambassadors for Christ Youth Ministries (AFC) de Houston, Texas, capta la atención de los niños y los mantiene activos. Desde 2006, AFC se asocia con escuelas, iglesias y grupos comunitarios del área para ofrecer a más de 6,500 niños de entre 10 y 17 años programas de tutoría, asesoramiento, orientación, bienestar físico, nutrición y otros programas extracurriculares. Es un recurso que aún no está disponible para otros niños que residen en áreas de bajos ingresos de Houston.

Esas sabias palabras ahora son más necesarias que nunca. En agosto, el Centro Social de Recursos de AFC se inundó como resultado del huracán Harvey, el cual ocasionó daños por un valor de $20,000, que la organización sin fines de lucro debió afrontar. La organización sin fines de lucro tuvo que cerrar temporalmente para realizar renovaciones, lo que significó que decenas de niños locales se quedaron sin sus programas extracurriculares. “Es desolador”, dijo Kenneth Sams, director de Desarrollo Comunitario de AFC, poco después de la tormenta. “Es sin duda el momento en que los niños más nos necesitan”. Aetna Foundation, que otorgó a AFC una subvención de $100,000 para realizar estos programas extracurriculares, intercedió con más fondos para cubrir los gastos de todas las reparaciones, las cuales AFC debería poder terminar en aproximadamente 90 días. Mire la inspiradora historia de reconstrucción y recuperación de AFC aquí.  

Todo niño tiene derecho a una vida saludable, todos y cada uno de ellos.

En Houston, la obesidad es un gran problema, pero especialmente en las zonas de bajos ingresos. Si los niños no aprenden a tomar decisiones saludables, tendrán que afrontar problemas de salud en el futuro. Tendrán que afrontar problemas físicos y psicológicos.

Desde Ambassadors for Christ, AFC, hemos estado trabajando con Aetna Foundation para brindarle a la juventud opciones y alternativas saludables. Los niños con los que trabajamos tienen entre 10 y 17 años. Todos ellos provienen de zonas de alto riesgo y con bajos ingresos.

Me llamo Kaylah y tengo 13 años. Cuando era pequeña, la gente se burlaba de mí por mi peso. Kaylah tuvo una niñez muy infeliz. Llegaba a casa y decía: "Mami, no tengo ningún amigo". Esa clase de cosas te hacen llorar.

Cuando comenzó en el programa, Kaylah tuvo algunos problemas. Pero todos estos niños tienen diferentes situaciones que superar. Nunca se sabe si vienen de un hogar abusivo. Es probable que muchos de estos niños sufran de depresión; por ello, les ofrecemos exactamente lo que necesitan para llevar un estilo de vida más saludable y superar las adversidades.

¡Vamos, Kaylah!

Saber que hay personas que te apoyan es uno de los sentimientos más reconfortantes en el mundo. Se siente como si uno pudiera solucionar todos los problemas de una vez.

[Jordan Jones] Creo que la actividad física puede ayudar a superar la adversidad. Mientras más ejercicio se hace, mejores resultados se pueden ver en el cuerpo. De este modo, si logran llevar este principio a cualquier aspecto de la vida, mientras más estudien o más arduo trabajen, mucho mejor será el resultado.

Lo que verdaderamente quiero enseñarles es que esto no es todo, no es lo único que tienen. Siempre pueden hacer algo mejor. Este es el tercer año en que Kaylah asiste a AFC y el cambio es enorme.

[Kaylah] Ahora siento que estoy bajando de peso y me siento bien. Siento que prácticamente puedo hacer cualquier cosa que me proponga.

Oh, ya empezamos de nuevo.

Ayudar a que estos niños alcancen sus metas de salud es algo grandioso. Sabemos que no son cambios que se realicen de la noche a la mañana, pero hemos tenido una respuesta positiva de todos los niños que han participado en este programa.

[Jordan Jones] No importa de dónde vengas, siempre es posible llevar un estilo de vida más saludable.

Y de repente, llegó Harvey. Estas son las secuelas del huracán Harvey. Cuando miramos las pilas de escombros, lo que estamos viendo en realidad son vidas destruidas, modificadas de alguna manera. Es muy difícil enfrentarse a esto.

Este es nuestro centro de recursos y servicios sociales, el corazón de AFC, en esta comunidad. Desde aquí, fomentamos un desarrollo positivo de la juventud y desde donde brindamos orientación, asesoría y tutoría para ellos.

Esta área fue devastada, por decirlo de forma más suave. Sufrimos grandes daños a causa del agua y nos robaron. Necesitamos conseguir entre $18,000 y $20,000 para retomar nuestras operaciones y, sinceramente, no sé de dónde vamos a sacar el dinero. Todo parece indicar que tendremos que cerrar entre 60 y 90 días.

La manera en que este desastre nos ha afectado es desgarradora, pero aún más lo es pensar en cómo afecta a estos niños y a la comunidad.

Ken y Sherry, desde Aetna Foundation solo queremos saludarlos, ver cómo están. ¿Cómo han estado las cosas?

Hemos perdido prácticamente todo. Es una situación muy difícil, porque no podemos ofrecer los programas para los niños, justamente ahora que es cuando más nos necesitan. Definitivamente, este no es un lugar apropiado para los niños ahora.

Su organización aporta mucho a la comunidad. Estamos encantados de ser sus socios y estamos convencidos de que, por más desgarrador y difícil que sea este momento, tanto usted como su equipo seguirán siendo una fuente de inspiración para la juventud con la que trabajan. Por eso, nuestra prioridad es que los programas estén funcionando nuevamente. Estaremos a su lado en este difícil momento.

Ayer recibimos un llamado de Aetna Foundation. Nos comunicaron que decidieron financiar todos los gastos que tengamos para reorganizarnos y volver a la normalidad. Estoy muy emocionado por saber que vamos a poder continuar con este trabajo. Por el gran impacto que esta decisión tiene en la comunidad y en los niños. No veo la hora de comenzar otra vez.

Jordan dice que se sentirá aliviado cuando AFC finalmente vuelva a abrir sus puertas porque tanto él como sus compañeros de trabajo podrán continuar ayudando a inspirar a los niños a ser la mejor versión de ellos mismos. “Cambiamos las vidas de estos niños”, afirma.

Jordan comparte sus ideas sobre transmitir hábitos saludables a los niños de Houston y la manera en que su propia historia lo motiva a ayudar a los demás a sentirse mejor consigo mismos.

P.: ¿Siempre se ha mantenido activo físicamente?
R.:
Siempre he estado en el mundo del bienestar físico. Mi madre tenía equipo de entrenamiento con pesas en nuestra casa cuando éramos niños, y mi padrastro hacía ejercicio todo el tiempo y parecía un fisicoculturista. Además, dado que crecí en un pueblo pequeño, en Pineland, Texas, pude practicar todo tipo de deporte. Jugué fútbol y béisbol, hice atletismo en pista y gané el tercer puesto en levantamiento de potencia en el estado de Texas de mi división cuando estaba en los primeros años de la escuela secundaria.

P.: ¿Cómo ha evolucionado su relación con la comida a medida que creció?
R.:
Aunque me gustaban los deportes, no comía bien cuando era más joven: consumía mucha carne, sodio y alimentos fritos. Cuando estaba en los primeros años de la escuela secundaria, casi me quedé sin jugar al fútbol porque no podía pasar el examen físico. Tenía la presión sanguínea demasiado alta y debía tomar medicamentos. Como resultado, el médico me cambió la alimentación y comencé a comer mejor, lo que me permitió volver a jugar. Sin embargo, el verdadero momento decisivo fue en 2016, cuando me uní a Against All Odds Fitness, donde actualmente trabajo como especialista en transformación corporal. En ese momento, comencé a aprender de verdad sobre nutrición. (AFC solicitó la ayuda de Against All Odds para que brinde educación sobre nutrición y bienestar físico a los niños en el programa extracurricular).

P.: ¿Siempre quiso ser entrenador de bienestar físico?
R.: Tras graduarme de la Facultad de Arte en 2015, conseguí un trabajo de oficina. Me entrenaba, pero no de la manera en que solía hacerlo antes, y no me alimentaba correctamente. Luego me despidieron. Estaba deprimido y subí mucho de peso. Volví a tener presión sanguínea alta. Cuando conseguí otro trabajo, comencé a ir al gimnasio local, el más económico que pude encontrar en ese entonces, y vi a una joven en muy buen estado físico. Era la primera vez que veía alguien en semejante condición física. Me comentó sobre Dewayne J. Malone, fundador de Against All Odds, quien transformó mi cuerpo y también mi vida: soy entrenador personal certificado, asesor en nutrición, fisicoculturista profesional y modelo. Ahora ayudo a otras personas de la misma forma en que Dewayne me ayudó a mí.

P.: ¿De qué manera el bienestar físico y la nutrición ayudan a transformar las vidas de los niños de AFC, que deben enfrentarse a situaciones difíciles todos los días?
R.:
Muchos de esos niños no tienen cómo aliviar el estrés. El bienestar físico les permite liberar parte de esa agresividad. Los hace sentirse más felices y les da más energía. La alimentación saludable tiene el mismo efecto. Quiero que sepan que no están limitados a sus vecindarios. Siempre tienen la posibilidad de cambiar su estilo de vida para que sea más saludable. Hay pequeñas medidas que se deben comenzar a tomar, como comer mejor y hacer más ejercicio. Al final, se logra un resultado positivo, aunque el proceso sea agotador, difícil o doloroso. Solo se debe seguir intentando para llegar a algún lado.

P.: ¿Cómo hace que el bienestar físico resulte divertido para los niños?
R.:
Hacemos de este un juego, por ejemplo, con carreras de relevos y competencias de salto de cuerda. Para los niños, el ejercicio no es un trabajo cuando se vuelve una competencia. Por ejemplo, todos los días usamos la escalera de agilidad, una escalera portátil para hacer ejercicios de bienestar físico, porque permite trabajar la coordinación de pies. Esto puede ayudar a las personas que suelen ser torpes y no poseen la coordinación de pies natural para los deportes a desarrollar un mejor equilibrio. Esto tiene un beneficio extra: los niños con más aptitudes deportivas sirven de instructores para los niños con menos aptitudes deportivas de su equipo. Los niños sienten que forman parte de una comunidad en la que nadie los hostiga y se sienten motivados. Entonces, en lugar de preguntarse “¿Soy el mejor?”, se preguntan “¿Somos los mejores?”.

P.: ¿Cómo incita a los niños a elegir opciones de alimentos más saludables?
R.:
Quiero que sean capaces de leer las etiquetas de información nutricional para saber qué comen, en lugar de optar sin dudar por las papas fritas picantes que a todos les gustan. Yo les digo: “Eso no es bueno. Me dicen que el estómago les duele todo el día, están cansados, tienen dolor de cabeza. Este tipo de alimentos tiene carbohidratos malos y un alto contenido de sodio”.

Por ese motivo, realizamos demostraciones de cocina y los llevamos de compras a la tienda de comestibles. Les muestro cuánta comida pueden comprar por $12. Por ejemplo, en lugar de gastar ese dinero en una hamburguesa con papas fritas en un restaurante de comida rápida, se puede comprar lomo magro por cinco dólares, un bollo de pan integral por dos o tres dólares, y un poco de lechuga y tomate por unos pocos dólares más. Pueden conseguir comida para toda su familia si la preparan ellos mismos. Esto los deja perplejos.

P.: ¿Tiene algún consejo de cocina especial?
R.:
Les enseño a los niños a pensar en la comida en términos de la regla “Siga, ¡precaución! y ¡alto!”. “Siga” representa a los alimentos más saludables; “¡Precaución!”, a los alimentos intermedios; y “¡Alto!”, a los alimentos menos saludables. Es recomendable que incorpore a su dieta más alimentos de la categoría “Siga” que de la categoría “¡Precaución!” o “¡Alto!”. La pechuga de pollo es el ejemplo ideal. “Siga” sería comerla horneada, grillada o asada sin la piel. “¡Precaución!” sería comerla horneada, grillada o asada, pero con la piel. “¡Alto!” sería comerla frita.

P.: ¿Cuál fue su momento más memorable en AFC?
R.: Hubo un joven muy corpulento que estaba deprimido. No quería hacer nada y se sentía realmente abatido. Le mostré una imagen de cómo lucía no hace mucho tiempo, después de subir de peso, y le dije que logré ese cambio (volverme más saludable) gracias al bienestar físico. Desde ese entonces, se ha estado entrenando e informándose acerca de la nutrición. Solo se trata de estar presentes para escuchar a los niños y entrenarse con ellos. Se abren más y cuentan más. Y realmente todo se resume en eso: ser parte de sus vidas.

P.: ¿Qué piensan sus hijos acerca de su padre, el fisicoculturista?
R.: Mi hija, Paris, y mi hijo, Jordan, tienen 6 y 4 años. Dicen: “Mi padre es un superhéroe”. Mi objetivo es enseñarles que su padre trabaja arduo y que ellos también pueden trabajar arduo en lo que quieran para ser mejores.

P.: ¿Cuál es su régimen diario?
R.:
Ingiero entre seis y ocho comidas pequeñas por día, según el objetivo que me haya propuesto. Puedo ajustar mi proporción de calorías, proteínas, grasas y carbohidratos si pretendo desarrollar más masa muscular y fuerza o intentar deshacerme de grasa para lograr un cuerpo más definido. Entreno entre la sesión de un cliente y la de otro. Con mi familia, nos aseguramos de ingerir comidas caseras durante toda la semana para poder comer afuera el viernes por la noche o el sábado.

P.: ¿Cuál es su lema personal?
R.:
Es una versión del lema de Against All Odds: Si crees que puedes, lo lograrás.

P.: ¿Cuál es su principal prioridad de salud?
R.:
Simplemente quiero llevar una vida saludable porque muchos familiares han fallecido debido a problemas de salud. También quiero darles más confianza a otras personas. Ese es mi gran propósito: ayudar a los demás a tener amor por sí mismos.

A Jordan, el tiempo que pasa con los niños de AFC le sirve de recordatorio de lo agradecido que está con el sistema de apoyo que tenía cuando era niño. Ahora, es feliz y puede retribuirlo.

Sobre la autora

Christina Joseph Robinson es una editora y escritora veterana de Nueva Jersey a quien todavía le encanta leer el periódico a la antigua. Tiene dos hijas a las que intenta inculcarles la importancia de comer frutas y verduras y, de este modo, lograr un equilibrio con todas las golosinas que les compra la abuela. El objetivo de salud de Christina es reanudar su rutina de ejercicios después de haberla abandonado por lesiones.

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