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5 maneras de mantenerse feliz y saludable en las redes sociales

Alice Gomstyn Por Alice Gomstyn

Durante meses, cuando Sara Thermer veía fotos de momentos felices de amigos en Snapchat, se sentía molesta y no podía evitarlo. “Ves personas disfrutando un tiempo juntas y piensas: '¿Por qué no paso tiempo con nadie?'”, dice.

Darcy DiModugno, usuaria activa de Twitter, también descubrió que se molestaba cuando revisaba su página de noticias, que, por lo general, estaba llena de comentarios hirientes y maliciosos. Si bien nadie dirigía la hostilidad hacia ella, se sintió sobrepasada por la situación. “Toda esa negatividad me agotaba”, comenta.

De diferentes maneras, ambas mujeres de veintitantos años descubrieron que el hábito de usar las redes sociales les afectaba el estado de ánimo. Y no son las únicas. A pesar de que nos ofrecen comunidades virtuales de manera instantánea y conexiones con amigos con quienes habíamos perdido contacto, las redes sociales tienen algunas desventajas. Varios estudios sugieren que el tiempo que pasamos en las plataformas de las redes sociales está asociado a sentimientos de angustia, incluso a aislamiento social y depresión.

Pero el daño que pueden provocar las redes sociales en el bienestar de una persona no siempre tiene un diagnóstico clínico. A veces, nada más hay un sentimiento temporal de malestar o tensión en los hombros y la mandíbula después de revisar la página de noticias. En un mundo donde esas noticias están a solo unos pocos clics de distancia, ¿cómo evitar que nos afecten? Los siguientes son algunos consejos para tener en cuenta:

1. Nutra las relaciones en la vida real.

Si bien puede hacer nuevos amigos en línea (y probablemente lo haga), esa no debería ser su única fuente de interacción social. “Puede tener toneladas de seguidores en las redes sociales y sentirse muy solo si no invierte en amistades y otras relaciones valiosas en persona”, explica Ashley Karpinski, jefa de estrategia clínica e innovación de Resources For Living, de Aetna, que brinda apoyo emocional y asistencia a los miembros de Aetna. Para nutrir de verdad su vida social, concéntrese en estar en contacto con sus seres queridos mediante visitas en persona, llamadas telefónicas o, incluso, mensajes de texto. Para que la relación no se corte entre una visita y la próxima, intente planificar su próxima reunión antes de que termine la primera, o considere establecer una fecha para los amigos.

Sara se dio cuenta de que la energía que invertía en seguir las actualizaciones en las redes sociales de personas que casi no conocía se podía invertir mejor en unos pocos buenos amigos. Hoy, dice, sus amigos cercanos son prioridad. “Prefiero saber realmente qué sucede en la vida de un par de amigos que solo saber un poco de lo que sucede en la vida de cientos de personas”, comenta.

Recuerde: lo que ve en las redes sociales no siempre es tan perfecto como parece.

2. No se deje llevar por lo que ve.

Las plataformas de redes sociales permiten presentar versiones perfectamente editadas de sus vidas que pueden hacer que la suya parezca aburrida si la compara. Pero es importante recordar que estas noticias, por lo general, no brindan un panorama completo de la realidad. Los amigos con vidas “perfectas” seguramente tienen también sus propios conflictos que usted no conoce.

Entonces, ¿qué hacer cuando siente la necesidad de comparar su vida con las noticias destacadas de alguien más? Uno de los métodos es, simplemente, tomarse un momento para observar los pensamientos y las emociones que esa comparación dispara. Este método se basa en la conciencia plena.

La conciencia plena, o la práctica de estar presente en el momento y notar lo que está sucediendo con usted y con lo que lo rodea sin juzgar, “puede ayudarnos a distinguir entre lo que realmente sabemos y lo que asumimos o creemos que es verdad”, explica Andy Lee, jefe de conciencia plena de Aetna. También puede ayudarlo a reconocer cuando algo de la página de noticias dispara emociones negativas y a darse cuenta de si determinadas reacciones en verdad se justifican. La conciencia plena, por ejemplo, puede ayudarlo a darse cuenta de que los celos que siente cuando ve un grupo de conocidos disfrutando una salida sin usted podrían no tener sustento. Quizás esos conocidos no son amigos cercanos y usted tiene otros amigos a quienes invita regularmente a sus actividades sociales.

“Me sentí bien al liberarme de una de las redes sociales que me tenía atrapada”.

3. Reconsidere qué recibir en la página de noticias.

Las personas que sigue en las redes sociales pueden tener un impacto tremendo en su experiencia en línea. Los mensajes hostiles y de enojo de otras personas pueden ser desagradables, aunque usted no sea el destinatario. “Cuando se comparten constantemente opiniones personales, hay más posibilidades de entrar en desacuerdos; pero incluso ser observador de ese tipo de conflictos nos hace sentir incómodos”, explica Karpinski. Ella sugiere dejar de seguir, eliminar o bloquear personas cuyas publicaciones nos afectan. “Realmente es saludable poder disociarse de esos conflictos o problemas”, comenta.

Por ejemplo, Darcy encontró tranquilidad después de eliminar la negatividad de su página de noticias. Ahora, solo sigue a amigos y personas que publican información relevante para su profesión. “He logrado un equilibrio”, manifiesta. Por supuesto que no todos quieren pensar en el trabajo cuando están en las redes sociales. Tal vez usted prefiere seguir a personas que lo inspiran en la vida real o que se enorgullecen de reflejar la realidad en sus publicaciones. Para encontrar la combinación adecuada para usted, determine qué actualizaciones lo hacen sentir bien y luego adapte la página de noticias en consecuencia.

4. Limite su tiempo en línea.

Darcy solía revisar su página de noticias constantemente y ahora admite que ese hábito, a veces, le impedía hacer lo que amaba, como leer un buen libro o pasar tiempo con sus hermanas. Ahora, solo se permite revisar las redes dos veces al día.

Establecer límites para el tiempo que pasa en las redes sociales es una idea inteligente, especialmente si descubre que afecta su estado de ánimo o que le quita tiempo para otras actividades. También le podría resultar útil desactivar las notificaciones y mantener el teléfono fuera de la vista en momentos importantes, como cuando cena en familia. Las estrategias son “muy individualizadas”, apunta Mary Ann Perez, directora de operaciones clínicas de Resources for Living, de Aetna. “Cada uno debe determinar qué es prudente y qué hace falta para obtener lo que buscamos respecto de las actualizaciones de familiares y amigos, de las noticias y demás información”.

Por supuesto que también puede decidir alejarse completamente de una plataforma, como hizo Sara cuando desactivó una de sus cuentas. “Me sentí bien al liberarme de una de las redes sociales que me tenía atrapada”, comenta.

5. Hable con un profesional.

Cuando se trata de restringir el uso de las redes sociales, las estrategias propias solo pueden ayudar hasta cierto punto. Si estar en línea tiene un impacto negativo en su trabajo o en su vida personal (por ejemplo, si tiene problemas para concentrarse en el trabajo, si sacrifica tiempo que debería dedicar a las relaciones de la vida real por estar en las redes sociales o si experimenta ansiedad frecuente), le recomendamos hablar con un profesional capacitado en salud mental. “Esa persona podría ayudarlo con algunas estrategias únicas, para que pueda aliviar esa angustia que posiblemente le estén causando las redes sociales”, afirma Karpinski. Los miembros de Aetna pueden buscar proveedores locales con la herramienta de búsqueda de proveedores en línea. Para algunos miembros, también está disponible la opción de asesoramiento remoto a través de los servicios de salud del comportamiento por videoconferencia de Aetna.

No hay una solución universal en cuanto a cómo abordar las redes sociales, y es posible que deba hacer algunas pruebas primero para poder determinar qué es lo más adecuado para su vida. “Todos tenemos motivos para estar en las redes sociales, por ejemplo, mantenernos en contacto con amigos o buscar información”, dice Karpinski. “Pero es muy importante pensar qué necesidad satisface en su caso una plataforma de redes sociales y tomar el control de su relación con esa red”.

Sobre la autora

Alice Gomstyn es bloguera sobre crianza y periodista comercial veterana. Se confiesa adicta al azúcar, pero planea reducir el consumo de dulces y comenzar a comer vegetales como nunca lo ha hecho. ¡Vamos por el brócoli!

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