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Viajeros mayores: las cinco preguntas de salud que debe formularse antes de su próximo viaje

Joel Jutkowitz Por Joel Jutkowitz

Me pasé más de 30 años viajando por el mundo, por trabajo y por placer, y muchas veces visité países subdesarrollados. En ese tiempo, me encontré con varios desafíos relacionados con la salud: algunos debido a los sistemas deficientes de atención de salud y otros por una falta de preparación de mi parte. He lidiado con parásitos en Perú y fiebre alta en Tailandia y Filipinas.

De cada incidente, obtuve una nueva perspectiva para no dejarme vencer cuando me encuentro de viaje. Para que en su viaje no haya sorpresas en cuanto a la salud, tenga en cuenta estos consejos que son casi tan importantes como su pasaporte:

1. ¿Debo vacunarme o tomar otros medicamentos preventivos?

En los países tropicales, los medicamentos preventivos son fundamentales. Durante un viaje alrededor del mundo, tuve que llevar dos medicamentos parecidos: uno para la malaria común y otro para combatir la malaria por Plasmodium falciparum, que es endémica en Pakistán. En general, los viajeros comienzan a tomar las píldoras antipalúdicas antes de salir de viaje y las siguen tomando un tiempo después de volver.

Consulte en los sitios web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y la Organización Mundial de la Salud para saber cuáles son las recomendaciones según el país que quiera visitar. Luego, programe una visita al médico para controlar su registro de vacunación y darse los refuerzos o las vacunas específicas que necesite. Si viaja al extranjero, programe su cita con 3 a 6 meses de anticipación, ya que lleva tiempo que algunas vacunas hagan efecto. Luego, guarde su registro de vacunación con la demás documentación del viaje, ya que en algunos países se exige ese certificado para ingresar.

2. ¿Mi plan de salud me ofrece cobertura en el lugar adonde voy?

Con la mayoría de los planes de salud, se cubren los gastos dentro de Estados Unidos, pero no en el exterior. Primero, pregunte a su proveedor de seguros si ofrecen cobertura para viajes al exterior. Mediante algunos planes de Aetna, por ejemplo, se cubre la atención de emergencia en todo el mundo, incluida la evacuación médica.

También es una buena idea tener un seguro de viaje, con el cual se pueden cubrir gastos médicos, cancelaciones de viajes u otros contratiempos. Los planes simples de seguro médico para viajes pueden costar entre $40 y $80 por semana en el exterior. Mi esposa me acompañó una vez a un viaje por trabajo de dos semanas en Ucrania. Casi al final del viaje, comenzó a tener fiebre. Además de obtener cobertura por la atención recibida, a través de nuestra compañía de seguros, pudimos ponernos en contacto con un médico que se había capacitado en la Cleveland Clinic.

3. ¿Qué debo hacer si me enfermo o me lesiono?

No intente esperar a que se le pase solo si se enferma. De hecho, cuando está de viaje, debe prestar más atención a los posibles síntomas. En Ucrania, la fiebre de mi esposa resultó ser una infección grave en los bronquios, por la que tuvo que tomar antibióticos. Habíamos planeado ir a Estambul, pero tuvimos que acortar el viaje cuando nos dimos cuenta de la gravedad de su enfermedad. Afortunadamente, se recuperó en una semana, después de que volvimos.

Recuperarse en casa parece la mejor opción cuando uno se siente enfermo, pero primero es importante buscar tratamiento. Las enfermedades contagiosas pueden diseminarse entre los pasajeros que viajan con usted. “Si cree que tiene influenza, consulte a un profesional de la salud”, dice John Moore, osteópata y director médico de Aetna. “Comience a tomar la medicación antiviral de inmediato, mientras descansa en su cuarto de hotel. Así, la salud de los otros viajeros estará más segura, ya que los antivirales sirven para detener el contagio rápidamente”.

Para encontrar un médico local competente, con quien se pueda comunicar, pida recomendaciones a su proveedor de seguros o en el hotel. Los miembros de Aetna, por ejemplo, pueden encontrar proveedores en Estados Unidos y en el exterior. Solo deben llamar al número de teléfono de Servicios al Cliente, que aparece en el dorso de la tarjeta del seguro.

4. ¿Cómo sé si él lugar al que voy se adecua a mis necesidades especiales?

Muchos destinos están preparados para atender a viajeros con necesidades especiales (por ejemplo, las estaciones de esquí, los parques de Disney y hasta los safaris africanos); pero esto no sucede en todos lados. Un buen amigo mío, reconocido politólogo con movilidad reducida por haber sufrido polio de niño, da conferencias por todo el mundo.Siempre pudo encontrar habitaciones adaptadas o restaurantes aptos para él, con solo investigar un poco antes de ir.

Puede llamar directamente a los lugares donde piensa que se alojará. Aunque también puede ser una buena idea ponerse primero en contacto con una organización de apoyo o agencia de viajes que esté al tanto de su situación. En la Society for Accessible Travel & Hospitality, se ofrece información general sobre hoteles, productos de viaje adaptables (tanques de oxígeno, diálisis) y recursos para distintas necesidades de viaje especiales, por ejemplo:

  • Silla de ruedas o motonetas.
  • Ceguera o deterioro de la visión. 
  • Sordera o deterioro de la audición. 
  • Discapacidad cognitiva. 
  • Otras afecciones médicas.  

Si está preocupado por las alergias a alimentos o restricciones en su dieta mientras esté de viaje (y quizás también le preocupa pedir comida en otro idioma), planear con anticipación algunas de estas cosas lo tranquilizará. Los grupos de viaje, las aerolíneas, los hoteles y los restaurantes son adaptables a la mayoría de las necesidades, si uno avisa con anticipación. Además, con algunas aplicaciones, como Allergy Translation, puede informar en qué consiste su dieta en el momento.

5. ¿Qué debo llevar en el botiquín?

Una vez en 2005, salí apuradísimo a un viaje de negocios hacia Bogotá y olvidé llevar mis medicamentos. Traté de reemplazarlos allá, pero descubrí que los medicamentos en los distintos países a veces se conocen con otros nombres comerciales o directamente no están disponibles y hay que buscar un sustituto. Me tomó varios días encontrar farmacias en donde entendieran lo que necesitaba y me pudieran ofrecer un reemplazo adecuado. Ahora siempre viajo con una lista escrita de los medicamentos con receta, incluidos los nombres genéricos y de marca de los medicamentos y para qué sirven. Dejo una copia en casa, con un familiar, por si necesito consultar con mi médico.

Asegúrese de que en su botiquín, estén todos los medicamentos que usted toma habitualmente en su envase original. Así, evitará problemas en la aduana y también les dará una idea más clara de lo que necesita a los médicos de otros países.  El botiquín también debería incluir elementos que necesita para prevenir otros problemas cuando viaja. Por ejemplo, inhaladores, protector solar, repelente de insectos, analgésicos de venta libre, medicinas para resfríos o alergias, y un kit de primeros auxilios.

Cuando me preguntan cuál es mi lugar favorito, me cuesta mucho elegir uno. He pasado mucho tiempo en Chile, especialmente, en Santiago, donde nació mi mujer. Tengo un sentimiento de cariño por Tailandia, donde la gente siempre sonríe la primera vez que conoce a alguien. Nunca he estado en España y me gustaría poder ir el año que viene. Como cuido mi salud cuando viajo, he podido disfrutar al máximo de estos viajes. Que en los viajes que usted haga en el futuro tenga la misma suerte.¡Salud!

 

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Sobre la autora

El Dr. Joel M. Jutkowitz cuenta con más de 50 años de experiencia en administración internacional con enfoque en América Latina, Sur y Sudeste Asiático, Europa del Este y Ucrania. Ahora, está intentando recuperar todos esos años que pasó sentado detrás de un escritorio y se ejercita tanto como puede.

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