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Principios básicos sobre los exámenes oculares: por qué los necesita aunque tenga una vista de 20/20

Dan Winfield Por Dan Winfield

Un examen ocular puede revelar mucho sobre su salud general. Por eso, es importante realizarse chequeos de la vista regulares, aunque no use anteojos ni lentes de contacto. Considere, por ejemplo, el caso de Francis, a quien su médico sorprendió cuando le preguntó si tenía antecedentes de presión sanguínea alta. “Pensé que estaba loco porque era un joven atlético de poco más de 20 años”, dice Francis. “De todos modos, me realicé un chequeo general, y descubrí que mi médico estaba en lo cierto: necesitaba medicamentos”. Gracias a ciertos cambios en su estilo de vida, Francis luego pudo prescindir de estos. Sin embargo, si no se hubiera sometido al examen ocular completo, nunca habría sabido que tenía problemas de presión sanguínea.

Obtenga más información sobre por qué son importantes los exámenes oculares y en qué consiste la cita. También le explicamos la diferencia entre un optometrista y un oftalmólogo, y qué hacer si no tiene seguro de la vista.

Por qué son importantes los exámenes oculares

Examinando los ojos, los médicos ven con claridad los vasos sanguíneos, por lo que el examen ocular sirve para controlar la salud general. “Los ojos son sorprendentes, ya que ofrecen un panorama único del cuerpo humano”, explica el Dr. John Lahr, director médico de EyeMed Vision Care, que brinda servicios administrativos para los planes de la vista de Aetna. “Un examen minucioso permite detectar problemas graves, como diabetes, lupus, presión sanguínea alta, colesterol alto y enfermedades de la vista, como glaucoma y degeneración macular”. Si se realiza exámenes oculares regulares, puede identificar estos problemas a tiempo y evitar complicaciones graves.

Infórmese sobre cómo algunos hábitos ayudan a proteger los ojos y la salud general.

Con qué frecuencia debe visitar al médico

Si no tiene síntomas ni problemas de la vista, los médicos recomiendan realizarse exámenes oculares regulares en función de su edad:

  • De 20 a 39 años: cada 5 años.
  • De 40 a 54 años: cada 2 a 4 años.
  • De 55 a 64 años: cada 1 a 3 años.
  • 65 años y más: cada 1 a 2 años.

Le recomendamos que se someta a exámenes oculares con más frecuencia si usa anteojos o lentes de contacto, tiene antecedentes familiares de una enfermedad de la vista o si tiene una enfermedad crónica que aumente el riesgo de sufrir una enfermedad de la vista, como diabetes.

En el caso de los niños menores de 3 años, los pediatras pueden detectar problemas comunes que se presentan en la infancia, como ambliopía o estrabismo. Se recomienda que a los niños se les haga un examen ocular antes de que empiecen primer grado. Posteriormente, si en su familia no hay antecedentes de problemas de la vista, debería bastar con un examen ocular cada uno o dos años.

Elegir al oculista indicado: oftalmólogo u optometrista

Muchas personas dudan de a qué clase de oculista deben consultar para realizarse un examen. Un oftalmólogo es un médico con licencia para ejercer la medicina y practicar cirugías, que también puede recetar anteojos y lentes de contacto.

Un optometrista es un profesional con licencia (no un médico) que, principalmente, realiza exámenes oculares y pruebas de la vista, y receta anteojos y lentes de contacto. Un optometrista puede detectar ciertos problemas de la vista y recetarle medicamentos para tratar determinadas enfermedades.

Ambos son una buena opción para realizarse un examen ocular completo. Si tiene algún problema más complicado, debe programar una cita con un oftalmólogo. Pídale a su médico que le recomiende uno.

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En qué consiste el examen ocular

En un examen completo, el oculista lleva a cabo un estudio para detectar problemas y enfermedades de la vista, como glaucoma y cataratas. Le pregunta sobre la salud general, sus antecedentes médicos familiares y los medicamentos que toma.

Para probar la agudeza visual de lejos y de cerca, le piden que lea letras de una tabla optométrica. Otros estudios consisten en controlar la vista en plano tridimensional, la vista periférica (lateral) y la percepción del color. El médico le ilumina los ojos con una pequeña linterna para observar las pupilas y los músculos oculares. Con una lupa, es capaz de ver mejor las estructuras del globo ocular.

En ocasiones, el médico usa gotas oculares con medicación para dilatarle las pupilas y examinar los vasos sanguíneos y los nervios de la parte posterior del ojo. Si necesita tener claridad de vista inmediatamente después de la cita, pídale al médico que no le dilate las pupilas.

Por último, el médico lleva a cabo un estudio para detectar signos de glaucoma, que consiste en dirigir un soplo de aire al ojo o usar un dispositivo para tocar brevemente la superficie del ojo. Ningún método ocasiona dolor ni molestias duraderas. 

Qué hacer si no tiene seguro de la vista

La atención general de la vista suele ofrecerse como plan de seguro por separado, como el plan Aetna Vision Preferred, que cuenta con una red de más de 100,000 oculistas. Si no necesita anteojos ni lentes de contacto, es posible que no tenga un plan de la vista por separado, algo por lo que no debe preocuparse. Con su plan médico principal, es posible que se brinde cobertura para una visita al oftalmólogo. Llame a la compañía de seguros o al oculista con antelación para obtener más información.

Cuando el médico le revisa los ojos, ve su estado de salud general. Ya sea que use anteojos o lentes de contacto o no, someterse a exámenes oculares regulares es parte importante de la atención preventiva.

 

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Sobre la autora

Dan Winfield es un escritor y editor nacido en Londres y radicado en la ciudad de Nueva York. Su objetivo es mantenerse en forma para su boda.

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