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“Está bien, hagámoslo”: cómo una hija superó el cáncer de mama y ganó la gran lucha de su vida

Bonnie Vengrow Por Bonnie Vengrow

Esta es la segunda parte de una serie de dos partes que relata la lucha de Donna Murray y Shawn Love contra el cáncer de mama, desde el diagnóstico y el tratamiento hasta la recuperación. En la primera parte, Donna se enfrenta al cáncer de mama dos veces durante un período de 17 años y descubre que es portadora de la mutación del gen BRCA. Aquí, su hija Shawn descubre que también es portadora y comienza la gran lucha de su vida.

“Teniendo en cuenta la historia de mi madre, no me sorprendió”, dice Shawn Love con respecto al resultado positivo que obtuvo en la prueba de mutación del gen BRCA en julio de 2015. Después de todo, su madre, Donna Murray, no solo luchó contra el cáncer de mama dos veces, sino que también obtuvo un resultado positivo en la prueba de mutación del gen BRCA esa primavera.(Lea más sobre la historia de Donna). Como medida preventiva, a Shawn le extirparon los ovarios en agosto de 2015 y le programaron una mastectomía doble para enero de 2016.

Sin embargo, una mamografía de rutina que se realizó algunas semanas antes de la cirugía frustró todos sus planes. Los médicos le detectaron un bulto sospechoso en la mama derecha. Shawn, que entonces tenía 40 años, sabía que le sucederían algunas cosas: nunca se había sentido un bulto ni notado ningún otro síntoma; además, el resultado de la última resonancia magnética, que se había hecho seis meses antes, fue normal. Sin embargo, debido a la recurrencia de Donna, intuía que las probabilidades de padecer cáncer eran altas.

RIESGO DE PADECER CÁNCER DE MAMA*
Promedio 12 %
Con mutación del gen BRCA ≤80 %
Con BRCA, después de una cirugía de prevención <2.4 %

* Lifetime, Mujeres estadounidenses. Fuente: Breastcancer.org

Lea más acerca de la mutación del gen BRCA y otros posibles factores de riesgo aquí.

La mayoría de las personas, incluida Shawn, no descubren que tienen cáncer de mama después de una mamografía o resonancia magnética. Por lo general, el diagnóstico completo se logra después de varias pruebas y de una serie de llamadas telefónicas o consultas. Cuando Shawn descubrió que tenía cáncer de mama y, luego, más específicamente, carcinoma ductal invasivo en etapa dos, se mantuvo notablemente tranquila. Se enfocó en la lucha que la esperaba, incluso mientras su prometido, John, sus tres hijas y el resto de sus familiares se esforzaban por comprender el motivo por el que el cáncer volvía a aparecer en la familia. “La ginecóloga me dijo que era la única paciente que había conocido que estaba mentalmente preparada para tener cáncer de mama”, dice. “Pero esa es la manera en que veo las cosas. Cuando mi madre estuvo enferma, dije: 'Está bien, hagamos esto'”.

Shawn Love se hizo un tatuaje de la cinta contra el cáncer de mama después de que a su madre, Donna, se le diagnosticó esa enfermedad.

El 28 de enero de 2016, el día en que Shawn debía someterse a una mastectomía profiláctica doble, los médicos decidieron colocarle un catéter para que pudiera recibir quimioterapia la semana siguiente.

Decir que el tratamiento de Shawn fue difícil sería poco. Además de la fatiga extrema, las náuseas y la pérdida del apetito, tenía un sistema inmunitario debilitado, lo que la hizo más propensa a sufrir enfermedades. La internaron después de padecer brotes de influenza y colitis seudomembranosa.

Shawn también sufrió reacciones alérgicas graves a dos de los tres tipos de quimioterapia. Durante cuatro rondas de doxorrubicina, también conocida como “el diablo rojo”, presentó problemas para respirar, inflamación y erupciones cutáneas. En un momento alarmante del tratamiento, se le detuvo el corazón. El personal de enfermería se turnó para controlarla durante cada consulta, en caso de que sufriera una reacción mortal, y se colocó un equipo de resucitación junto al soporte de la vía intravenosa en todo momento.

Una red de apoyo

La gran cantidad de apoyo que recibió de sus seres queridos fue una gran fuente de consuelo para Shawn. Los amigos le llevaron comidas calientes y se ofrecieron a sacar a pasear al perro de la familia. Los compañeros de trabajo le enviaron dulces, revistas y cartas todas las semanas para que se mantuviera de buen ánimo. Michelle Majoy, la administradora de atención de Aetna que previamente le brindó asistencia a Donna durante su tratamiento, ayudó a Shawn a realizar los trámites necesarios, le consiguió asesoramiento y respondió sus preguntas.

Donna permaneció a su lado y organizó los horarios para poder acompañarla a las sesiones de quimioterapia, pruebas o consultas con el médico cuando John no podía. “Fue duro verla tan enferma durante el proceso de quimioterapia. La parte más difícil de ser madre es ver a tus hijos atravesar algo realmente duro y no poder hacer nada para solucionarlo”, dice. “Pero me puso muy contenta poder estar cerca de ella y darle mi apoyo, y ser físicamente capaz de hacerlo”.

El ejercicio, especialmente las clases de barra, fue importante para Shawn durante el tratamiento.

Después de ver a su madre enfrentarse al cáncer de mama dos veces, Shawn aprendió la importancia de mantener la rutina habitual. Por lo tanto, continuó trabajando como administradora de proyectos sénior en Aetna y, con frecuencia, llevaba la computadora portátil a los tratamientos. Asistió a todas las competencias de danza y animación de su hija. Se puso el objetivo de asistir a 100 clases de barra durante la quimioterapia y lo logró poco antes de someterse a la mastectomía doble. La noche previa a la cirugía, ella y John condujeron durante cinco horas volviendo a casa de un concierto de los Guns N' Roses en Atlanta.

Mientras Shawn visitaba universidades con su hija mayor, el cabello, que le llegaba hasta la mitad de la espalda, comenzó a caerse. Al igual que Donna, Shawn le pidió al cuñado que le afeitara la cabeza en su hogar. Él hizo los honores en la entrada de la casa, y su familia estuvo junto a ella. “Nunca dejé que me afectara la opinión de las personas sobre mi cabeza calva, mi falta de cejas y el aspecto de persona muy enferma que tenía a veces”, dice. “Creo que eso me ayudó a recuperarme más rápido de las cirugías, porque era parte de la lucha”.

Después de terminar con el tratamiento de quimioterapia, Shawn se preparó para someterse a una mastectomía doble y a una cirugía de reconstrucción. Afortunadamente, no tendría que atravesar el largo proceso de cirugía y recuperación sola. Su hermana, Melissa Nixon, también obtuvo un resultado positivo en la prueba de mutación del gen BRCA, por lo que también se le programó una mastectomía doble y cirugía de reconstrucción después de extirparle ambos ovarios.

El 28 de julio de 2016, ambas hermanas se sometieron a las cirugías en el mismo hospital, una después de la otra. Permanecieron en habitaciones contiguas y, luego, compartieron tiempo mientras se recuperaban en sus hogares.

Adaptarse a la nueva realidad

El cáncer deja marcas. En el caso de Donna, es un leve hundimiento en el seno derecho. Es el corte de duendecillo, inspirado por una de las cuatro pelucas que usó después de que se le cayó el cabello. Es la constelación de pequeños puntos azules tatuados en el pecho, que los médicos usaron para guiar la radiación. “De vez en cuando, los veo”, dice. “Me dan risa”.

Shawn también tiene recordatorios físicos. De la quimioterapia, le quedó una hermosa mata de rizos grandes y definidos, pero también confusión mental, problemas con la memoria a corto plazo y linfedema, o inflamación, en las extremidades derechas. Aunque le tiene un gran cariño a la cicatriz del catéter (“me salvó la vida”), se enfrenta a un metabolismo más lento, un aumento de peso subsecuente y una decepción natural después de que finalizó la gran lucha de su vida. “Tengo otro cabello y otro cuerpo, y aún no he comprendido completamente que son míos y que debo mantenerlos”, dice. “Sigo esforzándome para superarlo todos los días, con asesoramiento y motivación de amigos y familiares”.

Actualmente, Shawn se está esforzando para adaptarse a la vida después de la quimioterapia.

El cáncer de mama ha hecho que ambas mujeres se enfoquen en el futuro más que nunca. Donna se jubiló recientemente y, ahora, forma parte de la Junta de Directores de Earlier.org, una organización cuya misión es encontrar una prueba biológica para diagnosticar cáncer de mama. También se preocupa por educar a sus nietos con respecto a la enfermedad y se sintió muy orgullosa cuando Natalie, que tiene 12 años, motivó a sus compañeros de clase para que donaran dinero a la causa.

Shawn tomó la madura decisión de mantenerse positiva durante el tratamiento; le gustaba hacer bromas con el personal de enfermería. Ahora, está trabajando para recuperar ese optimismo. “Nunca volveré a ser la persona que era antes del 4 de febrero de 2016”, dice con respecto al día en que comenzó la quimioterapia. “Sin embargo, todos los días intento recuperar la motivación para hacer ejercicio, ser una excelente madre y esposa, mantener la casa limpia, hacer un buen trabajo, hablar con mis clientes y no culparme por todos los cambios que la vida me trajo. Algunos días, es algo realmente difícil de hacer”.

“Lo importante es que vencí el cáncer de mama”, continúa. “Podría haber sido peor. Después de todo, el cáncer apareció en seis meses. Pero estoy viva. Estoy aquí”

Donna y Shawn les agradecen a sus familiares y amigos por ayudarlas a afrontar el tratamiento y la recuperación.

La historia de Shawn y Donna comenzó en Historia familiar, parte 1: “Piensas lo peor”: una madre lucha contra el cáncer de mama, dos veces.

Sobre la autora

Bonnie Vengrow es una periodista que vive en la ciudad de Nueva York, quien ha escrito para las siguientes revistas: Parents, Prevention, Rodale's Organic Life, Good Housekeeping y más. Nunca conoció un sendero para hacer excursiones que no le haya gustado y, actualmente, está trabajando para perfeccionar su postura sobre la cabeza en la clase de yoga.

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