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Una clase para destacar: cómo la conciencia plena ayuda a transformar las escuelas

Alice Gomstyn Por Alice Gomstyn

Heather Garris, maestra de primer grado, tenía un mal día. Su escuela, la primaria Shore Acres, en San Petersburgo, Florida, acababa de reabrir después unos días estresantes en los que había estado cerrada por el clima. Volver a la rutina ya era difícil, y la tecnología no ayudaba en el salón de clases, lo empeoraba todo. ¿Cómo podía tranquilizarse para seguir enseñando? El alivio vino de una fuente sorprendente: uno de sus estudiantes.

“Srita. Garris, tiene que respirar con la panza”, aconseja Ethan Cox, de 6 años. “Va a estar todo bien”.

Heather Garris enseña a sus alumnos.

La escuela primaria Shore Acres es una de las 15 escuelas públicas de los condados de Hillsborough y Pinellas, Florida que agregaron un nuevo elemento a la jornada escolar: la conciencia plena, que es una práctica que permite vivir el momento y observar lo que sucede en nuestro interior y a nuestro alrededor sin juzgar. Se la conoce por ayudar a las personas a regular sus emociones y reducir el estrés. La conciencia plena ha pasado a primera plana en los últimos tiempos y se instaló en centros de bienestar, salas de juntas y, más recientemente, en salones de clase.

Inner Explorer, un programa en audio diseñado para escuelas (entre ellas, Shore Acres), experimentó un aumento en su base de clientes: de tres escuelas en 2012 a más de 1,100 este año. Los educadores se están sumando por una buena razón: Los estudios han demostrado que la conciencia plena puede alentar a los niños a desarrollar el autocontrol, la compasión hacia los demás y mejores habilidades para manejar el estrés. Más aún, la práctica regular puede mejorar la atención de los estudiantes, lo que a su vez puede tener como resultado calificaciones más altas.

Practicar todos los días da resultado

Desde este año, aproximadamente la mitad de los estudiantes de Shore Acres, desde prejardín de infantes hasta quinto grado, participan de ejercicios diarios de conciencia plena. Durante las lecciones, los estudiantes se sientan en el suelo o en sus mesas, con los pies sobre el piso y las manos en la falda, lo que la Dra. Laura Bakosh, cofundadora de Inner Explorer, describe como una posición “cómoda pero alerta”. La práctica guiada de 5 a 10 minutos del programa incluye movimientos suaves con las manos y estar conscientes de la respiración, es acompañada por sonidos suaves, como los de campanillas de viento y palos de lluvia.

Ethan, estudiante de Garris, dice que su movimiento favorito es la “aleta de tiburón”, que implica juntar las manos cerca de la frente como una aleta, y, luego, lentamente moverlas hacia arriba y hacia abajo, desde la frente hasta el pecho. Lea más sobre la “aleta de tiburón” y otros ejercicios de conciencia plena para niños.

“Me gusta mucho”, dice Ethan. “Me hace sentir relajado”.

Los ejercicios suelen llevarse a cabo a la mañana o después del almuerzo y el receso. Los maestros descubrieron que practicar la conciencia plena en esos momentos claves de transición significa que “los estudiantes pueden volver a concentrarse fácilmente”, dice la asesora escolar Melanie Every.

Si bien los beneficios de practicar la conciencia plena tienden a acumularse, Every y los demás han visto resultados rápidos en Shore Acres. La Dra. Bakosh lo atribuye a la alineación de Inner Explorer con el programa de reducción del estrés basado en la conciencia plena (MBSR). El enfoque de conciencia plena más ampliamente usado, el programa MBSR, introduce una variedad de prácticas de meditación además de formas prácticas de llevar la conciencia plena a la vida cotidiana. “Tanto maestros como estudiantes se benefician de la reducción del estrés, la mejora en la concentración, la mayor regulación emocional y el mayor sentido de bienestar”, dice la Dra. Bakosh.

 

Ethan practica el ejercicio de la aleta de tiburón con sus compañeros de clase.

 

Los estudiantes toman la iniciativa

En otro extremo del país, en Phoenix, Arizona, otra escuela adoptó las prácticas de conciencia plena. En 2015, la escuela primaria David Crockett se asoció con la organización sin fines de lucro Mindfulness First. Gran parte del trabajo del grupo en esta escuela se concentra en capacitar a los maestros, quienes ahora dirigen los ejercicios con la ayuda de un programa en línea al que acceden mediante una aplicación. “Básicamente, nuestro objetivo es lograr maestros conscientes, porque esa es la manera de hacer una escuela sostenible y consciente”, dice Sunny Wight, fundadora de Mindfulness First.

Todas las mañanas en la escuela primaria David Crockett, los niños hacen ejercicios de conciencia plena, que incluyen técnicas de respiración y movimientos guiados. También se los alienta a probar la conciencia plena en el almuerzo, pero en lugar de ejercicios, el personal de la escuela usa herramientas simples: vasos. En la cafetería, el personal de la escuela coloca vasos rojos en cada mesa para recordarles a los niños mantenerse calmos después de jugar afuera. Cuando los estudiantes se acomodan, los vasos rojos se reemplazan con vasos amarillos. Si los niños comienzan a comportarse mal en una mesa particular, el personal coloca nuevamente vasos rojos en esa mesa hasta que los estudiantes retomen la compostura. “Es una manera fácil de ayudarlos a hacer la transición desde el período de juegos no estructurado”, dice el director de la escuela primaria David Crockett, Sean Hannafin. Obtenga más información sobre lo que la conciencia plena puede hacer para sus hijos.

La práctica de la conciencia plena es especialmente útil en la escuela primaria David Crockett porque muchos de sus estudiantes vienen de hogares de bajos ingresos, no tienen hogar o son refugiados. “La conciencia plena encaja naturalmente en los estudiantes con muchos factores estresantes en sus vidas”, explica Hannafin.

La prueba está en los números: Después del primer año de práctica de conciencia plena, las suspensiones escolares disminuyeron casi en un 50 % y luego, otro 50 % después del segundo año del programa. La mayoría de los estudiantes dicen que la conciencia plena los ayudó a prestar más atención en clase, según un reciente estudio de Mindfulness First. Y, a principios de octubre de 2017, los directivos se enteraron de que la escuela primaria David Crockett superó en rendimiento a la mayoría de las escuelas de Arizona con poblaciones demográficas similares en el nuevo marco de evaluaciones escolares del estado, que se basan en puntuaciones de pruebas estandarizadas y otros datos. “Creemos que la iniciativa de conciencia plena ha estado alineada fuertemente con el crecimiento que pudimos demostrar”, dice Hannafin.

Los estudiantes también practican la conciencia plena por su cuenta, sin la guía del maestro, dice Hannafin. Los ha visto usarla para evitar que empeoren los conflictos en el patio de juegos y para relajarse antes de las evaluaciones. Incluso recuerda caminar por un salón de clases ruidoso de cuarto grado con una maestra sustituta y escuchar a los estudiantes alentar a otros a tener un “momento de conciencia plena” y calmarse.

“Siete de ellos hicieron frente a la clase y se convirtieron en líderes para recordarles a los demás que necesitaban volver a concentrarse en la clase”, comenta Hannafin. “La maestra dijo que nunca había visto algo así”.

De vuelta en la primaria Shore Acres, los estudiantes comenzaron a practicar la conciencia plena fuera de la clase regular, también. La madre de Ethan, Stephanie Cox, dice que está feliz de ver a su hijo hacer ejercicios de respiración en el hogar, a veces para ayudar a calmarse después de un disgusto con su hermano.

La conciencia plena “les está dando a los estudiantes una herramienta para que puedan obtener un poco más de control de sus emociones. Los está ayudando a autorregularse”, dice. “Creo que es genial”.

Sobre la autora

Alice Gomstyn es bloguera sobre crianza y periodista comercial veterana. Se confiesa adicta al azúcar, pero planea reducir el consumo de dulces y comenzar a comer vegetales como nunca lo ha hecho. ¡Vamos por el brócoli!

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