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Bienestar físico y redes sociales: cómo sus amigos de entrenamiento pueden ayudarlo a mantener la rutina

William Stearns Por William Stearns

Antes me parecía mejor hacer actividad física por mi cuenta. Salir a correr al atardecer, hacer caminatas por senderos empinados, a mi ritmo..., me gustaba ese tipo de cosas. El problema es que no logro mantener ninguna actividad durante el tiempo suficiente para desarrollar el hábito. Tarde o temprano, pierdo la motivación.

Dos años atrás, conocí a Donal, el dueño de un gimnasio en mi barrio. Me contaba que veía a nuevos miembros decididos a hacer un cambio en su vida: “Venían con regularidad durante un tiempo, probaban diferentes máquinas, pero no eran constantes”, explica. “Muchos dejaban después de unos meses”.

“¿Cuál es el secreto para hacer de una decisión una rutina estable?”, le pregunté. “Simple: busque un compañero de actividad física o tome clases”, contestó. “Si se divierte, si alguien lo alienta y espera que usted haga lo mismo, es mucho más fácil”.

“La integración social es crucial a la hora de mantener comportamientos saludables”.

Los expertos en salud coinciden en que la integración social es un factor importante a la hora de mantener hábitos saludables. Según un estudio, los matrimonios que hacen actividad física juntos tienen muchas menos probabilidades de abandonar la rutina que aquellos que hacen actividad física por separado. Otro estudio concluye que los hábitos son contagiosos: solemos copiar los comportamientos de las personas que nos rodean, tanto buenos como malos.

Por sentido común, entendemos que en las actividades en grupo, no hay lugar para las excusas que son un impedimento para los planes de actividad física. Mi amiga Kate, redactora de subvenciones, hace dos años que sale a correr al parque con su compañera tres veces por semana. “No conozco mucho de su vida”, se sorprende. “Pero somos un equipo y nos damos aliento mutuamente. Nadie quiere desilusionar al otro, por eso llegamos a tiempo y nos sentimos bien por eso”.

Hace poco, comencé a hacerle caso a Kate (y a escuchar a los expertos) y fui haciendo mi rutina más social. La mayoría de los fines de semana, entre cinco y siete compañeros salimos a andar en bicicleta y a hacer caminatas. Los lunes y miércoles, tenemos clase de spinning, con una instructora increíble y compañeros que ansío ver cada vez que voy. Los martes y viernes, hacemos noche de cita, y salimos con mi esposa a correr, caminar con mayor o menor intensidad, o nadar, según el clima y el ánimo.

¿Desea conocer a personas que comparten sus aspiraciones de salud? Siga leyendo para tener más información sobre cómo comenzar:

  • Pase por la sede de YMCA o por el centro comunitario más cercano y averigüe qué deportes se practican o si tienen grupos de actividad física. Además de organizar clases, estos centros sociales son lugares de encuentro populares para otros grupos.
  • En Facebook o en Meetup, busque grupos cerca de donde vive para hacer actividad física al aire libre: desde caminar y correr hasta practicar yoga y taichí. Puede personalizar la búsqueda utilizando palabras clave como “principiante”, “mujer”, “individual” para encontrar grupos que se ajusten a sus objetivos sociales y nivel de actividad física deseada.
  • Mediante aplicaciones móviles, como MapMyRun y Strava, puede encontrar compañeros que estén interesados en las mismas actividades que usted. Descubrir que compañeros de trabajo corren al mismo tiempo y con la misma intensidad puede ser el comienzo de una hermosa amistad. Otra función genial: puede enviar información de ubicación en tiempo real a un ser querido, en caso de emergencia.
  • A través de su seguro de salud, puede acceder a descuentos o reembolsos relacionados con la actividad física. En algunos planes de Aetna, por ejemplo, se ofrecen descuentos en clases grupales para hacer ejercicio.Inicie sesión y consulte los beneficios para realizar actividad física.

En mi caso, hacer ejercicio con amigos fue la mejor forma de mantener el hábito. En general, me siento muy bien, me divierto y nos ayudamos mutuamente con mis compañeros. Esta vez puedo decir, con orgullo, que logré desarrollar un hábito saludable.

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