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Un día en la salud de Jesse Israel, un gurú de la meditación

Christina Joseph Por Christina Joseph

En su departamento de Brooklyn, Jesse Israel tiene un almohadón de meditación y un reloj al pie de la cama. Al levantarse por la mañana, este hombre de 32 años nativo de Los Ángeles pasa 20 minutos allí, despejando la mente. Pero Israel hace mucho más que practicar meditación. Como fundador de Medi Club en Nueva York, ha construido una vida en torno a esto. Su movimiento de meditación, que comenzó a fines de 2014, reúne a todo tipo de personas.

Independientemente de si está sentado con 10 personas en un pequeño departamento en un círculo de meditación o si está junto a 1,000 personas en el observatorio del World Trade Center durante una reunión trimestral de The Big Quiet, el objetivo es el mismo: mantenerse conectado y hacer que la meditación sea una parte habitual de su vida. Aunque está en el negocio de la meditación, Israel aún tiene dificultades para encontrar un equilibrio entre el trabajo y su vida personal. ¿Cómo es un día normal en su vida y de qué manera trabaja para lograr sus objetivos de salud?

7:30 a. m. Me despierto todas las mañanas y hago ejercicios de estiramiento con un rodillo de espuma. Luego, medito durante 20 o 30 minutos. En un buen día, aún no revisé mi teléfono hasta ese momento. Lo dejo cargando fuera de la habitación, lo que ha marcado un cambio radical en mi vida durante los últimos años. Practico la meditación védica, que consiste en usar un mantra, es decir, un sonido que te permite tranquilizar la mente. No es una palabra con significado; nunca lo pronuncias, nunca lo dices en voz alta. Pero tiene algo de sagrado. Cuando medito, simplemente estoy muy tranquilo pensando en mi mantra.

9:00 a. m. Como desayuno, tomo un jugo verde o como un bol de azaí con granola de camino a la oficina. Me gustan los jugos verdes preparados principalmente con vegetales, pero no los dulces que tienen mucho azúcar. Si me preparo un batido, me gusta ponerle mantequilla de almendra y proteína en polvo, diferentes frutas, semillas de chía y maca en polvo.

9:45 a. m. Tengo una reunión diaria en nuestra oficina de Brooklyn, que está a 15 minutos a pie de mi departamento. Es una reunión de responsabilidad, donde repasamos las cosas que queremos abordar ese día. Luego, de 10:00 a. m. a 1:00 p. m., no recibo llamadas telefónicas ni participo en reuniones. Uso ese tiempo para concentrarme en mis tareas principales y en los mensajes de correo electrónico importantes.

1:00 p. m. Nunca almuerzo en la oficina. Con mi compañera de cuarto y de trabajo, Lauren, nos alentamos mutuamente a salir de la oficina para comer, sin importar lo ocupados que estemos. En general, almuerzo con un colega o con un amigo. Uso un programa llamado Calendly.com, el cual les permite a las personas saber en qué horarios estoy disponible.

3:30 p. m. Hoy, tengo una sesión con mi mentor para analizar mis prioridades más importantes, puesto que me he estado sintiendo bastante agobiado y agotado por todos mis eventos laborales.

6:00 p. m. Al final de la tarde, vuelvo a meditar por aproximadamente 30 minutos. Reservo una sala de conferencias pequeña o encuentro un lugar donde pueda sentarme. No medito en mi escritorio. Después de terminar mi día laboral, hago un par de cosas finales antes de dejar la oficina.

7:00 p. m. En este momento, hago ejercicio entre 4 y 5 veces por semana. Voy al gimnasio que está debajo de mi oficina, donde uso máquinas de ejercicios cardiovasculares o tomo clases de yoga. También me gusta nadar en la piscina pública al otro lado de la calle.

8:30 p. m. Por lo general, estoy fuera de casa hasta tarde debido a mis eventos laborales. Una de las cosas que estoy intentando hacer es tener más noches libres, las cuales anoto en mi calendario como “tiempo para J” o “tiempo para mí”. Esas noches son las mejores, pero solo puedo tomármelas una vez por semana en este momento. Cuando estoy en mi hogar, me encanta pedir comida mexicana. No cocino.

11:00 p. m. Idealmente, me acuesto antes de las 11:00 p. m. Sin embargo, la mayoría de los días me duermo cerca de las 12:30 a. m. Mi trabajo es inherentemente social; por este motivo, cuando estoy en mi hogar, me gusta pasar al menos una hora sin hacer nada importante antes de dormir. Limpio el departamento, hablo con mis compañeros de cuarto y, finalmente, respondo los mensajes de mis enfadados amigos. Soy bastante peculiar con respecto a los mensajes de correo electrónico. Por eso, establezco pautas y momentos para contestar, o no contestar, los mensajes, lo que me permite tener más tiempo para hacer otras cosas.

Encontrar el equilibrio es aún un trabajo en curso para Israel. Pero sabe que si mantiene la disciplina y se hace un tiempo para él, esto lo ayudará a lograr sus objetivos.

Sobre la autora

Christina Joseph Robinson es una editora y escritora veterana de Nueva Jersey a quien todavía le encanta leer el periódico a la antigua. Tiene dos hijas a las que intenta inculcarles la importancia de comer frutas y verduras y, de este modo, lograr un equilibrio con todas las golosinas que les compra la abuela. El objetivo de salud de Christina es reanudar su rutina de ejercicios después de haberla abandonado por lesiones.

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