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Cinco ejercicios de gratitud que lo ayudan a sobrellevar el estrés de las fiestas

Christina Joseph Por Christina Joseph

En la mañana de Navidad, la casa de Maureen Huntley presentaba la típica escena de algarabía navideña. Sus cuatro hijos de entre 4 y 15 años bajaron las escaleras temprano y comenzaron a desgarrar envoltorios de obsequios cual salvajes, pero algo faltaba en medio de ese regocijo navideño: a ninguno se le ocurrió agradecer. Con cada caja que se abría, esta madre de Nueva Jersey se frustraba más y más. Pero cuando estaba a punto de perder la calma, salió de la habitación. Recordó su práctica de la gratitud, respiró hondo y reflexionó sobre lo que era importante: lo afortunados que eran de tener un hogar cálido y regalos para abrir. Maureen regresó con su familia y pidió a los niños que abrieran un regalo a la vez y que agradecieran por cada uno. Aprendieron a hacerlo rápidamente y así se alegró el día. "Creo que el hecho de salir de la habitación y reorganizar las ideas me ayudó a calmarme", dice. "Además, hizo que mi familia comprendiera la necesidad de agradecer".

Sobre la autora

Christina Joseph Robinson es una editora y escritora veterana de Nueva Jersey a quien todavía le encanta leer el periódico a la antigua. Tiene dos hijas a las que intenta inculcarles la importancia de comer frutas y verduras y, de este modo, lograr un equilibrio con todas las golosinas que les compra la abuela. El objetivo de salud de Christina es reanudar su rutina de ejercicios después de haberla abandonado por lesiones.

La gratitud y su manifestación no son solo agradables, sino también poderosas. Las investigaciones muestran que pensar positivamente y sentir gratitud por solo unos momentos de manera periódica ayuda a aumentar la felicidad y a establecer vínculos más fuertes, disminuir el estrés y mejorar la salud, lo cual es muy útil para salir airosos de las fiestas.

A continuación, encontrará cinco ejercicios de gratitud que ayudan a reflexionar sobre las bendiciones de la temporada y a mantener el estrés inevitable bajo control.

1. Hacer pausas periódicas para respirar.

Cuando el tío Al esté hablando de política (otra vez), y sienta que comienza a aumentarle la presión sanguínea, siga el ejemplo de Maureen y permítase una pausa. Aléjese del caos y busque algo distinto en qué concentrarse, como las luces navideñas o las hojas que caen, sugiere Daniela James, asesora de trabajo y vida en Aetna. Mientras le presta atención a ese objeto, respire profundamente un par de veces y reflexione sobre algo que lo haga sentir alegre. Cuando se sienta más tranquilo, vuelva a la fiesta.

2. Hacer una lista de gratitud.

Intente escribir en un diario de gratitud al principio o al final del día, ya sea para establecer las pautas del día que comienza o para reflexionar sobre las cosas positivas que ocurrieron, dice Paloma Kennedy, asesora clínica del Programa de Asistencia al Empleado de Aetna. Tómese 10 minutos para anotar lo que le venga a la mente y revise la lista cuando se sienta abrumado o molesto. También, puede volver a leerla hacia el final de las fiestas, cuando esté fijando las metas para el año que comienza. (Obtenga más información sobre cómo llevar un diario lo ayuda a alcanzar sus objetivos de salud aquí).

3. Comenzar un frasco de gratitud.

La dietista y entrenadora de bienestar de Filadelfia Katie Cavuto tiene un frasco grande en la mesa del comedor. Durante el año, los miembros de la familia escriben las cosas por las que están agradecidos en un papelito, y lo colocan en el frasco. El día de Año Nuevo, la familia lee las notas en voz alta, como una manera de recordar todo lo bueno de sus vidas. "Creo que tener una práctica de gratitud es muy importante, ya que permite destacar lo que es bueno entre los momentos menos deseables", dice. "La mayoría de la gente no se da cuenta de que lo bueno tiende a ser más que lo malo".

Ya sea con una contribución al frasco de gratitud todos los días, todas las semanas o todos los meses, tomarse el tiempo para reflexionar sobre lo positivo lo ayuda a mantenerse animado, incluso en momentos difíciles. Además, leer las notas juntos los ayuda a usted y a su familia a compartir la alegría del otro. Para que todos se contagien de ese espíritu durante la próxima comida navideña, pídale a cada invitado que elija el nombre de otra persona en la mesa y que escriba una nota especial sobre ella. Coloque las notas en el asiento de cada persona a modo de tarjeta de mesa. Antes de la cena, pida a todos que lean las tarjetas en voz alta y que compartan lo que otra persona aprecia de ellos.

4. Realizar actos de amabilidad al azar.

Ya sea trabajando como voluntario en un comedor popular, brindando una sonrisa a una cajera agotada o comprando un juguete para un niño necesitado, ser bueno con los demás puede ser bueno para usted también. Hay estudios que muestran que el voluntariado reduce el estrés y la ansiedad, y además lo ayuda a reconocer cuán afortunados son usted y su familia. "No hay nada como donar alimentos u otras cosas de primera necesidad para darse cuenta de que no todo el mundo tiene lo que tenemos nosotros", dice Kennedy. Al final del día, probablemente también se habrá olvidado de cualquier cosa insignificante que lo estresaba.

5. Dejar de lado las expectativas poco realistas.

Es posible su cuenta de Instagram esté repleta de fotos de coronas perfectas hechas a mano y ambientaciones rústicas y a la moda, pero resista la tentación de tener que estar a la altura de una versión idealizada de las fiestas. James sugiere hacer una desintoxicación digital durante las fiestas y centrarse en las satisfacciones de la propia vida. Así, es posible disminuir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Ya sea que construya un muñeco de nieve con los niños o comparta un almuerzo festivo con un amigo, una vez que empiece a contar sus bendiciones y a disfrutar de sus experiencias, es probable que descubra que desaparece parte del estrés.

Si bien las fiestas pueden traer una serie de desafíos, concentrarse en las cosas por las que está agradecido lo ayuda a lidiar con ellos de manera efectiva. "El simple hecho de reconocer frente a nosotros mismos, así como frente a los demás, lo que somos capaces de hacer nos ayuda a reajustar nuestro pensamiento y nuestra perspectiva, lo que puede ayudarnos a reajustar nuestro estado de ánimo", señala Kennedy. "Y eso nos ayuda a seguir adelante por más tiempo, y quizás un poco más calmos con nosotros mismos y con los demás, durante los momentos típicamente caóticos y a menudo más emotivos de las fiestas".

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